domingo, 11 de marzo de 2012

¿Por qué hay gente pa' to'?

¿Por qué hay listos y tontos, feos y guapos, altos y bajos, flacos y gordos? ¿Por qué hay gente con suerte y otros que no, unos ricos y otros pobres, unos que mueren jóvenes y otros que llegan a centenarios? ¿Por qué hay "gente pa' to'", como dijo aquel torero andaluz cuando el pedantón de Ortega y Gasset le explicó en qué consistía su trabajo de filósofo?


Detrás de esa variabilidad humana, observable en el resto de las cosas del mundo (desde los garbanzos hasta las estrellas pasando por las arañas y las montañas), hay una campana de Gauss como la de arriba. Una curva que modeliza una función de distribución normal, en cuyo centro puebla la normalidad (entendida en términos estadísticos, sin ninguna connotación) y en cuyos extremos se hallan los casos aberrantes (sin connotación negativa, insisto).

La Naturaleza ofrece casi infinitas variaciones: se acaban imponiendo las más probables, pero las sumamente improbables -¡incluso las aparentemente imposibles!- terminan apareciendo si se tiene paciencia para esperar lo suficiente. Se estima que han vivido más de 100 mil millones (10 elevado a once) de seres humanos, una cifra pequeña para que pueda haberse dado el caso de un humano adulto de 10 centímetros o de 10 metros. Si la cantidad de humanos vivos y muertos fuese de 10 elevado a cien, seguro que ya se habría manifestado la aberración del liliputiense de 10 cm y del coloso de 10 m (quizá la selección natural las podase por inadaptativas, pero ese es ya otro tema). Hasta incluso una alucinante fluctuación cuántica que transformase a todos los seres vivientes en clones de Boris Izaguirre.

Tal como apunta el físico Brian Greene en su último libro (La realidad oculta), en la versión más exuberante de los Multiversos (la que él llama el Multiverso extremo) estarían representados todos los seres (humanos inclusive) y cosas imaginables en cualesquiera combinaciones posibles bajo cualesquiera axiomas matemáticos (el 2+2=4 no regiría necesariamente en todos los Universos) y leyes físicas. En una versión menos florida (el llamado por Greene Multiverso-edredón), el Cosmos sería la suma de todas las posibles combinaciones de un número finito pero colosal de partículas sobre un espacio-tiempo infinito (imaginémonos una cantidad infinita de tableros de ajedrez con todas las configuraciones posibles de sus fichas). O sea, que necesariamente tendría que haber infinitas repeticiones de cada uno de nosotros más allá de nuestro horizonte cósmico (este Universo observable de 46 mil millones de años-luz de radio), en otros Universos con las mismas reglas matemáticas y físicas que el nuestro. Infinitos Borises, aunque todos ellos sujetos a las mismas leyes gravitatorias y electromagnéticas que el que se bajó los calzoncillos en Crónicas marcianas. ¡Diviiiiino!

3 comentarios:

Rafael Hidalgo dijo...

Por ahí iba Nietzsche con su "eterno retorno", aunque yo no lo tengo tan claro. Más bien pienso en la unicidad e irrepetibilidad de cada uno de lo nosotros.

Respecto a que "hay gente pa´to", además de arrancarme una sonrisa, he de decirte que tienes razón. Aquí estamos dos picadillos como tú y como yo contándonos nuestras cosas.

Un fuerte abrazo.

Nicolás Fabelo dijo...

Siempre me alegra mucho recibir tu visita, Rafa. En parte por lo que representa de diálogo entre un creyente cristiano como tú y un agnóstico -pero inclinado a la sospecha de que hay un profundo y sorprendente misterio 'ahí fuera'- como yo.

Esto del Multiverso me lleva a veces a creer en la existencia del libre albedrío. Pienso: ¿y si al final fuera cierto que seguimos con nuestra conciencia uno de los múltiples caminos propuestos por el Gran Simulador (GS, de cuya existencia vengo ya sospechando), que elegimos de un modo u otro abrazar el bien o el mal y que el GS nos espera en silencio desde el mismo 'big-bang'?... Al final habría lugar para la palabra 'Justicia', que no sería una invención nuestra sino que se confirmaría como un descubrimiento... Yo qué sé, todo es tan extraño...

Cuídate mucho, Rafa. ¡Te sigo!

Nicolás Fabelo dijo...

Una anotación: El Multiverso que podría ser compatible con el libre albedrío sería el llamado Multiverso cuántico, el que se va ramificando a cada instante en todos los Universos posibles.

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