domingo, 20 de mayo de 2012

Miradas desde el futuro

Tengo la desconcertante sospecha de que hace 25 años no percibía el mundo del mismo modo que ahora: que veía los colores diferentes, que olía las cosas de otra manera, que el tacto de los objetos y las personas no era igual (aunque colores, olores y tacto fueran objetivamente los mismos)... Si de pronto me pusiera en la piel de aquel yo de hace un cuarto de siglo, intuyo que mi asombro no sería menor que el de estar visitando un planeta extragaláctico. Era otro, aunque compartiésemos la misma estructura. Otro que sigue estando ahí, componiendo un buen número de fotogramas de una película en sesión continua sobre el espacio-tiempo. Ignorante de que su yo futuro piensa en él más allá de cualquier horizonte imaginable.

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