viernes, 6 de mayo de 2011

¿Seremos como la flora intestinal de Bin Laden?

Dos sucesos recientes absolutamente dispares e inconexos -la lectura de la última entrada en el blog de Retiario y la ejecución de Osama Bin Laden- me han permitido alumbrar este post que hará dudar a más de uno de mi salud mental (si es así, no es el tipo de lector curioso y carente de prejuicios que deseo). Porque me quedé pensando lo siguiente: la flora bacteriana en el sistema digestivo del líder de Al Qaeda ha tenido necesariamente que perecer con su muerte. Menudo pensamiento aparentemente más absurdo, ¿no?... Pero tiene su miga la cosa, como ahora les cuento.

Miles de millones de bacterias que mantenían una relación simbiótica con el cuerpo del finado pasarán a mejor vida (¿existe el cielo bacteriano?) al cabo de unos días por culpa de las actividades poco recomendables de ese individuo, unas actividades que las susodichas bacterias ignoraban por completo: su rudimentaria inteligencia hacía imposible que las conociesen y valoraran moralmente, ya que ni tan siquiera podían concebir la existencia de una superestructura alta, delgada y barbada nacida en Arabia que respondia al nombre de Osama. Una superestructura que les daba de comer y a cuya protección y bienestar contribuían involuntariamente con el ejercicio de sus funciones vitales estos miles de millones de anodinos seres anónimos.

Entonces, yo me pregunto: ¿Y si resulta que nuestro Universo se halla alojado, como elemento funcional, en una entidad superior dotada de inteligencia y voluntad propia y dedicada al ejercicio del mal? O sea, ¿y si somos piezas de un tejido u órgano de un auténtico malote cósmico? ¿Y si dicha entidad estuviese a punto de ser eliminada por la voluntad de otra de igual rango pero identificada con el bien? ¿Nos mereceríamos nosotros, pobres seres vivos moradores de este extraño Universo, ser liquidados en el mismo paquete? ¿Sería un acto moralmente válido si lo supiera el enemigo del malote: el justiciero buenote?...

2 comentarios:

Adolfo dijo...

No es imposible, nuestro conocimiento de lo que realmente somos, y donde estamos, es escaso.
Pero, dado el caso, si esa otra entidad, nos valora tanto como nosotros a las bacterias estomacales de Bin Laden,estamos fastidiados.

verbigracias dijo...

genial

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